Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



13/12/2013

MEMORIA HISTÓRICA

Los 2 hermanos, bueno y triste ejemplo de morir por ser español.

LA LEGIÓN RESTITUYE LA ESTATUA DEL ÚLTIMO CABALLERO LAUREADO
 El Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga era un hombre sencillo, de una familia humilde de Bilbao; tenía 21 años cuando murió.

El año 1957 las agresiones armadas del Ejército de Liberación, brazo armado del Partido Nacionalista marroquí Istiqlal, se suceden por el Sáhara Occidental español. En Diciembre de ese año es atacado El Aaiún. El mando decide iniciar una serie de acciones ofensivas de corto radio de acción para obtener información de contacto. En El Aaiún las más importantes se realizan sobre el oasis del Messeied y Edchera, los días 22 de Diciembre y 13 de Enero de 1958.

El 13 de enero a las 7 de la mañana salía la XIII Bandera de la Legión de El Aaiún en dirección a Edchera para reconocer y obtener información de contacto. Al llegar a Edchera se encuentra con un enemigo perfectamente organizado y protegido al borde de la Saguia que abre un compacto y eficaz fuego contra los legionarios. Inicia la maniobra de envolvimiento la Compañía del Capitán Jáuregui, que va en vanguardia, llegando hasta el fondo de la Saguia con la Sección que manda el Brigada legionario Fadrique. Allí son envueltos y atacados por el frente y los flancos, acabando en el combate cuerpo a cuerpo.

Al morir el Capitán Jáuregui, el Brigada Fadrique, al mando de la Sección, ordena a sus hombres replegarse, quedándose él y el legionario Juan Maderal Oleaga enfrentándose al enemigo para proteger el repliegue de sus hombres.

El 13 de febrero de 1962 se concede la Cruz Laureada de San Fernando al Brigada legionario Francisco Fadrique Castromonte y el 8 de enero de 1966 al Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga. Es el último soldado español al que se le ha concedido la Laureada de San Fernando, un legionario, condecoración que es sin duda la que requiere más requisitos y exigencias para su concesión que cualquier otro ejército del mundo.

El Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga era un hombre sencillo, de una familia humilde de Bilbao; tenía 21 años cuando murió. Cuenta su padre que Jontxu, como le llamaban en casa, era bajito pero grande de corazón. En 1956 decidió alistarse en la Legión; su hermano José María había sido legionario y él quería serlo. El uniforme era para él lo más importante. Jontxu era feliz, contaba su padre, iba a venir de permiso cuando pasó “aquello”, decía, y aquello era… “Reciba usted mi pésame como padre de un muchacho, casi un niño, y mi enhorabuena como padre de un soldado. Su hijo ha muerto como un héroe”, le dijo el Coronel.

Luego llegaron los homenajes en su barrio, Erandio, el nombre de una plaza y la estatua que le erigieron. Y también apareció la repugnante alimaña vomitando sus entrañas de odio, ETA, amenazando por el homenaje a Juan Maderal acusándole de haber participado en la Guerra Civil cuando por entonces ni había nacido. Aprovechando una manifestación arrancaron de cuajo el monumento erigido en su nombre arrojándolo al Nervión. No descansaba la fiera y el 17 de Marzo de 1979 tres cobardes encapuchados acribillaron a balazos, cuando se dirigía a su trabajo, a José María Maderal Oleaga presidente de la Hermandad de Antiguos Caballeros legionarios de Vizcaya. Era hermano del Laureado Juan, el hermano que había despertado la vocación legionaria del héroe. Siete impactos de tres alimañas etarras acabaron con su vida.

Desde el Sáhara, desde la Saguia el Hamra en el Aaiún, hay una larga distancia hasta la calle Bilbao la Vieja, una larga distancia unida para siempre en el recuerdo de dos hermanos legionarios que amaban a España y a la Legión. Por España han vertido su sangre y ser legionarios les costó a los dos la vida. Pero la vida se da por una causa, por un ideal, por un compañero. Juan Maderal Oleaga murió frente al enemigo por salvar a sus compañeros. A José María se la arrebataron por ser legionario, pero no fue el enemigo quien lo hizo, no fue en ningún combate frente a frente. Fue la cobardía de tres repugnantes personajes, que simplemente al oír la palabra Legión tiemblan y se esconden. Tenían que ser tres o la banda entera para poder acabar con la vida de un legionario y necesitaron siete balazos por la espalda porque tiemblan sólo ante la mirada.

Hoy se ha recuperado la estatua de Juan que se encuentra en la Brigada de La Legión en Almería. Está mutilada porque así salió del fondo del Nervión y ahora es ejemplo para todos los que vestimos el uniforme legionario. Sólo pedimos que España y los españoles no olviden hechos como los aquí descritos. La Legión siempre recuerda y rinde honor a sus muertos. A Juan y José María Maderal Oleaga, al capitán Jáuregui, al brigada Fadrique y a todos los caídos rendimos homenaje.
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Enviado por Francisco Parra Vidal
  



1 comentario:

  1. Unas sentidas palabras del autor que vivió esa fatídica jornada, a la vez que gloriosa para los componentes de la XIII Bandera de la Legión. Se trata de una exacta narrativa y perfecta exposición de unos hechos en los que, don Francisco Parra Vidal lo ha hecho vaciando su alma con una generosidad que le enaltece. Quienes estuvimos cerca y lo seguimos a través de nuestras emisoras, no podemos más que compartir el respeto a sus palabras.
    De la misma forma, su bello recuerdo a lo acaecido en Erandio, nos fortalece pensar que Juan y José Maria Maderal están en nuestros corazones.

    José M.Sabaté
    Manresa

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