Historias de El Pardo

Un lugar para el recuerdo de los Veteranos del Regimiento de Transmisiones



20/11/2008

30 DE NOVIEMBRE, SAN ANDRÉS HACE 51 años

HOMENAJE

Estas líneas no pretenden hacer historia, ni comentar anécdotas; si acaso la intención va dirigida a enaltecer el noble comportamiento de personas; soldados, buenos soldados, hombres, que, encuadrados en las filas del Ejército español cumpliendo su Servicio Militar unos, y otros como militares profesionales, se encontraron ocasionalmente unidos y de forma temporal en unos territorios inhóspitos, muy diferentes a su hábitat urbano, (tan sólo hacía diez días que se encontraban en el “foro”) Calor. frio, viento , implacable sol, vestimenta y calzado inadecuado y hostigados desde un principio en un ambiente que presagiaba odio y muerte.


Nuestra Compañía expedicionaria del Rgto. de Transmisiones de El Pardo desembarcamos procedentes de la m/n “Ciudad de Oviedo” de la Cia. Transmediterránea, (alejado en aguas para no quedar varado) en la playa de El Aaiun (Sidi Atzman) el día 14 de noviembre de 1957. Del barco saltamos a una barcaza; una operación efectuada sin ningún tipo de apoyo, ni desde la misma orilla ni de un buque de la Armada. Mojados, mareados, cargados con toda la impedimenta, mosquetón y 120 cartuchos. Y la llegada a tierra firme fue un problema de cada uno. Eso sí, también con nuestra carga de ilusión. Luego, vistos todos los acontecimientos que se desarrollaron en pocos días y en la misma zona, pudimos imaginar que hubiésemos sido un perfecto “tiro al blanco”…


Sólo diez días después, la playa fue atacada de noche. Al alba se formó un contingente de la Legión desde El Aaiun y fuimos agregados con dos “jeep” dotados con una emisora tipo MK II. No recuerdo quienes eran los servidores del otro vehículo; el nuestro al mando del Sargento D. Fermín Pueyo, el soldado Francisco Fernández (el abuelo) y el que suscribe como Cabo radio, al objeto de apoyar a las fuerzas que sufrieron el ataque (que se trataba de una pequeña guarnición no más de 15 hombres al mando creo recordar del Sargento Cid, por cierto, un venerable soldado) y estación de radio atendida por dos radiotelegrafistas de la Red Permanente. Esta resultó ser nuestra primera experiencia bélica y contacto con el enemigo como miembros de la Cia. Expedicionaria de Radio del Regimiento . Fue a partir de aquí cuando nos apercibimos que no estábamos de maniobras. Relevamos a la Red Permanente y nos establecimos de manera fija, acompañados ahora sí por una compañía de la legión al mando de un Capitán que igualmente quedó ubicada y reforzó esta guarnición como Cabeza de Playa, lugar en el que se desarrollaron importantes hechos de desembarco de más tropas, material y toda la intendencia. El otro “jeep” regresó con el resto de legionarios.


Y llegó el fatídico 30 de Noviembre. Vivimos el ataque al convoy escoltado por la 3ª Cia. de la XIII Bandera de la Legión que regresaba desde la playa a El Aaiun, ( como muy bien relató y comentó el Comandante Pulido en uno de sus escritos en este blog) y recordaré toda ésa acción porque nuestra comunicación por radio fue constante hasta que llegó de nuevo a la playa; todos maltrechos, un muerto y varios heridos, entre los que se encontraba el Capitán Legionario D. Venerando Pérez Guerra (posteriormente falleció en Las Palmas). A todos los vi y me impresionó el comportamiento, la humanidad y valentía de la totalidad de soldados. ¡Qué satisfacción sentí por ser su compañero! , y que pena hacer costado y consolar a un soldado herido y postrado que llamaba con dolor y desesperadamente a su madre.


A mis vivencias de este episodio sangrante quiero recordar la de nuestro compañero el Cabo Radio Andrés Pérez Rangel que es el que iba en un “jeep” con la emisora acompañando el convoy. Me comentó muy alterado los malos momentos vividos cuando fueron atacados ya que por lo visto y al objeto de refugiarse de los disparos, el vehículo tuvo que acelerar para parapetarse, entonces fue que al saltar se enganchó por los bajos del pantalón con un saliente de la carrocería siendo arrastrado varios metros. Afortunadamente todos los servidores de la emisora salieron ilesos. Sus palabras sensatas y serenas fueron:..”¡Hoy es San Andrés, mi patrón; San Andrés me ha salvado!”…


Ahora es cuando me embarga la emoción; Andrés era y residía en Oliva de la Frontera (Badajoz) desde que nos licenciamos. Músico y taxista de profesión, felizmente casado y con hijos, honrado, trabajador y un hombre bueno. Manteníamos la amistad a través de correspondencia y teléfono. Para este año 2008 habíamos ya casi planeado poder vernos. No ha sido posible. Mi amigo Andrés, nuestro compañero nos dejó repentinamente el día 12 de diciembre del 2007. Yo todavía guardo su felicitación familiar para Navidad, era muy ordenado. Descanse en paz.
A él y a todos con quienes compartimos la camaradería castrense añadiendo el componente de afecto y amistad, vaya este humilde homenaje a modo de nuestra verdadera “memoria histórica”, con una evocación especial por los que sufrieron heridas o cayeron cumpliendo su deber en aquellos territorios por España.

Me honra y me permito utilizar unas palabras del General de División Ecxmo.Sr. D. Miguel Simón Contreras, que dijo en ocasión de su conferencia “Ifni-Sahara en el recuerdo” dentro de un Ciclo de Conferencias que tuvieron lugar en Sevilla en Noviembre del año 2007: …”nadie puede imaginarse la dureza con que vivieron los soldados españoles…”

Y por mi parte quiero añadir : ¡ el mejor material empleado en aquel conflicto fue el factor humano, los mejores soldados y mejores personas ¡
Que Dios los bendiga a todos y a sus familias.
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José R. Manuel Sabaté
Manresa, noviembre 2008

1 comentario:

  1. Tras la lectura de este relato, no puedo sino sentir "orgullo" de haber cumplido el servicio militar en la misma Unidad del autor del mismo. Muchos años distan entre esta experiencia y la mía...y...por ende...circunstancias muy alejadas. Sin embargo, me emociona la certeza de que los principios, valores y conductas que siempre me he preciado de poseer y que comenzaron a forjarse desde mi paso por el Regimiento, han sido y siguen siendo el norte de muchas personas.

    Me reconforta, sin distinción de edades, sentir la cercania de aquella experiencia que nos cuenta el autor de esta entrada, la cual comparto y hago mia desde la distancia y desde el recuerdo de mi paso por El Pardo.

    Gracias por hacernos comprender mejor tu época...gracias...

    Saludos desde Zaragoza

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